De FRANÇOIS TRUFFAT
Magistral película de François Truffaut, que prácticamente abrió con ella «Nouvelle Vague», movimiento del cual iba a ser su más fiel exponente. Con este primer largometraje, ganó el gran premio al mejor Director en el Festival de Cannes 1959. Dedicado a la memoria de André Bazin -quien rescató de la cárcel a Truffaut y lo impulsaría como crítico en su Cahiers de Cinéma-, este film testimonial de la segunda posguerra europea posee cierto carácter autobiográfico y forma una simbiosis con el pequeño protagonista, Jean-Píerre Léaud, cuyo personaje continuaría en la obra de su autor (episodio de L'amour á vingt ans, Besos robados, Domicilio conyugal, La noche americana, L'amour en fuite, cuando este actor ya tenía 30 años). Fue rodado en escenarios naturales y con muy pocos medios, rompiendo el estilo del cine de «qualité» que imperaba en la Francia de aquel período.
Los niños y los adolescentes de Truffaut rondan su autobiografía. Sus no son aceptados por la sociedad: no son antisociales, sino asociales... están al margen, pero no están en contra.
«Los cuatrocientos golpes, escribe Edmond Orts, es la crónica de una soledad y desamparo. La historia de un niño que palpa el sinsabor del olvido y que busca su propia identidad en el instinto de la libertad. François Truffaut, que comprendió como pocos cineastas lo que ha hecho el sentido de la frustración en la niñez, descubre con fino talento cinematográfico la psicología del desarraigo que anida en el entrañable personaje central de esa dura narración.»